POESÍAS
2021 CD
01. Día santo
02. Entre las estrellas
03. Me basta
04. Mi luna y yo
05. No nos van a perdonar
06. Paz eterna
07. Risas y besos
08. Viejas fotos raídas
Javier López Trezza: Autor
Claudia Rodríguez de la Rosa: Narración
Estéban Moix: Fotografía
Dani Covelo: Diseño gráfico
Norberto Vogel: Sonido
Las poesías fueron grabadas en Reynosa (México) en diciembre de 2020.
Las obras narradas pertenecen al poeta Javier López Trezza.
La pasé a buscar entre la tempestad,
aromas que presentía,
decidimos caminar
y nos encontró la noche
junto a un espejo roto.
Y en el amanecer
la luz nos encandiló,
amor y calma,
y buscamos entre miles, entre miles de fotos viejas
y no encontramos nada.
Después se extendió el amor
con cara de bebé
y empezamos a tachar
y a viajar y a viajar y a viajar.
Lejos de las ventiscas
besaremos eternidad,
es que ella es mi día santo,
yo su manto;
es que ella es mi manto,
yo su día santo.
No hablo de templos
ni mártires,
solo de un día santo,
del amor sagrado.
Cuando camines por la cornisa,
un ángel te ayudará;
cuando tus padres no estén, no lo creas,
entre las estrellas estarán.
Reza una plegaria a Cristo
y todo cambiará;
cuando amanezcas en ruinas,
reza una plegaria
y Cristo estará.
Cuando tus padres partan, no lo creas,
entre las estrellas estarán.
Reza una plegaria
y el corazón no dejará de latir.
Cuando tu mujer te ame,
sentirás al ángel
y te hará canción
y solo eso quedará.
Lloverán lágrimas del cielo,
serán las de tus abuelos;
deja los males
y tus padres te amarán desde el cielo.
Te veremos caminar,
te veremos volar
sin cornisas,
sin que caigas.
Es el ángel,
es el ángel,
es el ángel de la guarda.
Un llanto en la noche
en medio de la nada
y en el vecindario, ratas desparramadas;
y ella está a mi lado,
ella me basta,
me basta,
ella me basta.
Y nadie sabe nada
y todo suena mal,
los ventrílocuos no existen sin muñecos
y ella está a mi lado,
ella me basta,
me basta,
ella me basta.
Yo tengo mi canción de amor,
yo canto mi canción de amor
entre limoneros grises,
yo vivo en mi canción de amor.
Ella siempre está a mi lado,
ella me basta,
me basta,
ella me basta.
Como una araña, la luna ha tejido mis infinitas noches.
Ella extrajo de su cuerpo seda acuosa, yo la vi,
y siguiendo los pasos del viento,
direccionó los hilos hacia los vértices y armamos la casa.
Hace muchísimos siglos que la amo.
La luna y yo vivimos en un jardín donde las hojas no se mueren
y los árboles crecen sanos y ajenos a la zozobra.
La luna es mi hembra,
la parte indivisible de mí.
Cuando el día muere,
cuando la espuma cede,
cuando la noche entrega lo que puede,
lo que quiere,
ella y yo,
ella y yo caminamos por ahí.
Cuando el día muere,
cuando la noche entrega lo que puede,
lo que quiere,
ella y yo,
ella y yo caminamos por ahí.
Lejos de todo, lejos,
lejos de todo, lejos.
No te van a perdonar
ser vos,
no me van a perdonar
ser yo.
Ella y yo caminamos por ahí,
nos dejamos llevar por ahí.
Al amanecer,
al amanecer
nos despertaremos.
No nos van a perdonar,
no nos van a perdonar
caminar,
ser yo,
ser vos,
ser nosotros dos.
No nos van a perdonar
ser yo,
ser vos,
ser nosotros dos.
Albas gloriosas,
amor cotidiano,
salud.
Ángel mujer,
cofradía vincular,
néctar divino.
Semilla vital,
madre celestial,
padre tangible,
hijo inmortal.
Obra cumbre,
futuro,
momentos,
dicha,
creación,
cuadro,
luz,
color.
Cuerda,
acorde,
sangre,
letra,
oración,
inmortalidad,
abrazos,
respeto,
paz eterna.
Miro para atrás y veo una ventana
dentro de una pieza
cerca de un galpón
y escucho perros
y las noches caen a metros de una tele
en blanco y negro
en una sala de estar
congelada,
pero también una mujer se baña
y la espío a través de la mirilla de la cerradura.
Miro para atrás y veo azulejos que hacen de colchón
y escucho ruido y voces
que no dicen nada
y explota un sifón
y las esquirlas caen, caen...
cerca,
pero también hay una noche en que decidí escribir,
solo escribir,
escribir solo.
Miro para atrás y veo que jamás vi
más que en estos últimos años
y aunque puedo imaginar un puñado de personas
acompañando mi cuerpo,
sé que elegí,
el mar me eligió,
pero la cruz que cargo
como cualquier cristo
no me aplastará
y en derredor mío solo hay risas
y besos
y creo en ellos por su genuinidad,
aplausos no,
ni nada que sea pago.
En la página de las deudas,
me pierdo
y solo veo a mi mujer y a mis hijos en paz
y estoy feliz
y Jagger canta en la radio «Fool to cry»
y me acuerdo de la noche que sentado en una esquina
mi mujer me acarició el rostro.
«Tonto en llorar»,
y qué difícil es ecualizar
y el que llamó no llama más y el que nunca llamó vuelve
y se habló de más,
se habló de más
y al final nadie dijo nada y todos dijeron todo.
Y no hay nadie y están todos
y muchas fotos en el álbum,
solo fotos
y no hay nadie,
solo fotos.
Y mi mujer y mis hijos en paz
y salvo ellos,
solo fotos,
y no hay voces
ni abrazos,
solo ellos.
Y sin ellos,
fotos raídas,
fotos viejas,
solo fotos.
Entre fotos solo soy yo
y mi mujer y mis hijos en paz,
en paz
entre viejas fotos raídas.